Aunque la mayoría de las familias colombianas adquiere vivienda para habitarla, hay un grupo creciente de personas interesado en comprarla por inversión.
Para estas personas, en su mayoría de estratos medio y medio – alto, la vivienda sigue siendo una inversión atractiva y segura, tanto para arrendarla como para venderla después de ganarse la valorización.
El año pasado, una encuesta realizada en Bogotá, ciudad que participa con más del 40 por ciento de las transacciones inmobiliarias del país, mostró que el 85 por ciento de las compras de vivienda se hizo para habitarla y el 20 por ciento para arrendarla o venderla.
En la actualidad, el rendimiento anual de la inversión en finca raíz es superior al que ofrecen las acciones, los bonos y otros títulos, pues al ingreso por arrendamientos se le debe sumar la valorización del inmueble.
Así mismo, la vivienda usada se está volviendo muy atractiva para los inversionistas, especialmente por sus áreas más generosas y porque se evitan los gastos asociados a la compra de vivienda nueva.
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